miércoles, 9 de marzo de 2011

Texto con un ambiente que sigue los pasos del maestro Jorge Luis Borges

     El texto presente es parte de una actividad de escritura en el cual se crea una historia que se desarrolla en un ambiente extraordinario pero cotidiano a la vez.
     Una fuente de ayuda para la realización de la misma fue la lectura del texto "Acerca de mis cuentos" de Jorge Luis Borges, el cual podrán encontrar en el siguiente enlace:
      Disfrútenlo!

     Sentado en un pequeño sofá se encontraba Manuel Antonio con las manos manchadas de sangre, observando el cuerpo de una mujer que yacía inmóvil sobre una cama.  No tenía idea de qué hacer con ella, si echarla al río que se encontraba detrás de la casa o  simplemente era mejor huir de allí.  Cuando bajó las escaleras, mientras meditaba sobre qué hacer, se dio cuenta que el horror que había cometido iba más allá de lo que imaginó. 
     No solo había asesinado a la dama sino que también había hecho lo mismo con los que parecían ser sus niños. 
     La escena que tenía ante sus ojos era espantosa, una en la cual nunca había pensado que estaría presente.  El problema es que no sabe cómo llegó a ese lugar y mucho menos si fue él quién cometió tal horror.
     Pero era mejor prevenir, así que decidió echar los cuerpos río abajo para luego regresar a limpiar la escena del crimen.  De esa manera procedió, excepto por la limpieza del lugar.  Antes de hacerlo decidió recostarse un rato en la cama, la misma donde hacía pocos minutos se encontraba muerta la señora.
      Manuel cayó en un sueño profundo por varias horas y al despertarse entró en una gran confusión.  Se encontraba en la misma casa obviamente, pero los niños y la señora que hace rato echó al agua, se encontraban allí; vivos.  Además la señora le llamaba cariño y amor, ese tipo de cosas que diría una esposa, y los niños lo miraban con una expresión amorosa inconfundible.
      No había nada de lógico en lo que estaba viendo, porque “según recuerda” nunca se ha casado y mucho menos ha tenido niños.  Pero ahí se encontraba con lo que parecía ser su familia.  Sin embargo, él aún recordaba lo que había hecho antes con ellos.
     En este punto Manuel imaginó que estaría drogado y que estaba alucinando esas cosas.  Pensaba que prefería que hubiese estado drogado antes y así no haber asesinado a esas personas, pero no había explicación lógica para nada.
     La única solución que encontró para saber si estaba soñando, drogado o lo que sea, fue irse a dormir de nuevo.  Pensó que si era un sueño y se dormía; iba a despertar y así llegaría al mundo real.  Y que si estaba drogado, así se le pasaría el efecto más rápido, lógico, ¿no?
     Eso fue lo que hizo Manuel, se recostó de nuevo en la cama.  Pasó una buena cantidad de tiempo antes de quedarse “dormido”.
     Despertó en el mismo lugar, esta vez estaba sólo en la casa.  En ella no había ningún tipo de muebles, solo la cama manchada de sangre, donde estaba durmiendo.  Ahora no sabía si esas personas eran su familia, si las asesinó.
     Buscó por toda la casa si había alguna cosa que lo ayudara a recordar o si encontraba algo que lo hiciera saber si se encontraba en la realidad.  Luego de mucho tiempo en búsqueda de ese algo, falló.  No pudo hallar nada que pudiera relacionarlo con él o con lo poco que recordaba de su vida en ese momento.
     Comenzaba a desesperarse, a entrar en pánico.  De nuevo resolvió por ir a “dormir” un momento.  Subió las escaleras, llegó a la habitación, se recostó en la cama.  La misma situación de las veces anteriores. 
     Esta vez le pidió a Dios que lo ayudara a salir de esto y empezó conversar con él.  Así cayó en “sueño” de nuevo.
     Al despertarse llega a la situación en la que menos deseaba encontrarse.  Estaba en el cuarto, con la cama llena de sangre.  La casa estaba sola.  Ahora no sabía exactamente qué ocurrió allí ni quién había muerto allí. 
     No encontró respuesta alguna a la situación, no sabía si esas personas que vio antes eran su familia y si las había asesinado.  Sólo sabía que entraba en un estado de locura y desespero.
     En este momento ya no supo qué hacer.  Por eso eligió caer en el sueño más largo de todos, para terminar con esto de una vez.

     Así Manuel terminó muerto, desangrado.  En esa extraña casa, sobre la cama donde tuvo tantos sueños confusos y sin lógica.  Sueños que luego de un tiempo lo llevaron a su fin.

1 comentario:

  1. Me gustó bastante el relato, es interesante la manera con la que juegas con el tiempo al hacer que el personaje se duerma, crea la interrogante si todo es un sueño o es realidad.

    ResponderEliminar